
Tiene uno de los equipos más potentes en la Conferencia del Este, sin embargo hay varias preguntas que responder durante el trayecto.
La pretemporada de la NBA está en marcha y uno de los equipos que tendrá la mayor cantidad de reflectores encima es Brooklyn Nets. La versión 2020-21 era esperada desde el momento en el que la gerencia decidió sacar la chequera hace un año y ofrecerle un contrato de 164 millones de dólares al estelar Kevin Durant-sin importar que se perdería la primera temporada por lesión-y otro por la misma cantidad de tiempo y un monto de 141 millones a Kyrie Irving.
Además el equipo se reforzó con la adición de DeAndre Jordan, un movimiento menos sonoro pero no por eso menos importante, con la intención de aprovechar el mal momento de los Knicks y convertirse en el símbolo de Nueva York durante al menos los próximos tres años.
Brooklyn logró clasificar a los playoffs en las últimas dos temporadas, un premio a una gerencia que construyó un conjunto modesto en nombre pero con jugadores que, hoy probablemente pierdan algo de protagonismo, para convertirse en el respaldo perfecto para la trilogía antes mencionada.
Los Nets accedieron a la postemporada en temporadas consecutivas gracias al crecimiento de jugadores seguirán siendo claves en la intención de disputar la tercera final en la historia de la franquicia, anteriormente radicada en New Jersey y que vivió momentos de gloria en los 2000s de la mano de Jason Kidd aunque perdieron un par de finales ante San Antonio Spurs y Los Ángeles Lakers.
Spencer Dinwiddie ha ido madurando con el paso del tiempo y en la atípica campaña 2019-20 sólo fue superado por Irving en punto por partido (27.4-20.6), pero fue el líder de asistencias (6.8) dentro de un equipo que no se aleja de los patrones actuales del baloncesto y que devenga un excedente de tiro perimetrales (5tos en toda la NBA).
Caris Levert fue otro elemento clave dentro del equipo al punto que su períodos de ausencia por lesión se tradujeron en noches aciagas para su equipo, perdiendo conducción y efectividad en algunas situaciones de hombre a hombre cuando el partido exigía algo más en ataque.
En la pintura Jarrett Allen no vive bajo la sombra de Jordan, sino que lo complementa perfectamente gracias a su excelente ubicación a la hora de tomar los rebotes y bloquear, garantizando entre ambos promedios de casi 20 rebotes por partido, una cifra interesante cuando se necesitan muchas segundas y terceras oportunidades tras los fallos desde la línea de tres.
Tarea difícil para Nash
Steve Nash fue la elección para dirigir este nuevo proyecto. Aunque no posee experiencia como técnico, el gerente general Sean Marks manifestó que “confió en su liderazgo, aquello que siempre mostró como jugador en la cancha y que sin duda marcó diferencia en su época”. El base canadiense trabajó en los últimos años como asesor en la oficina de los Warriors y participó en la confección de un equipo capaz de acumular un par de anillos como campeón. La pregunta es ¿Realmente podrá manejar algunos egos dentro del vestuario? ¿Cómo distribuirá los minutos en cancha? Veremos.
El reto será tratar de mantener en el carril a Irving, jugador problemático y acusado de ser punto de quiebre con el técnico Kenny Atkinson, despedido en plena campaña y sustituido por Jack Vaughn quien hoy será asistente técnico de Nash.
La pretemporada ya tuvo un episodio con Irving, quien se negó a dar declaraciones a la prensa y provocando multas tanto para él como para el equipo. En este ir y venir de caracteres, Brooklyn pareciera tener un equipo capaz de destronar a los favoritos del pasado reciente (Bucks, Raptors, Celtics y hasta el Heat) e incluso todavía no cierran las puertas ante otro “fichaje” de peso aunque con el paso de las semanas perdió fuerza el rumor sobre la llevada de la “Barba” James Harden.
Escrito por Pedro Ricardo Maio / @PRMAIO
