Los Chicago Bulls han oficializado la solicitud de la “disabled player exception” por Lonzo Ball, confirmando así que el base no jugará en la temporada 2023-24. A finales de junio, el presidente de operaciones de los Bulls, Arturas Karnisovas, anunció que no esperaban que Ball estuviera en el campo la próxima temporada, por lo que esta decisión no sorprende.
La “disabled player exception” y su papel en la reconstrucción de los Bulls
La “disabled player exception” permite a un equipo reemplazar a un jugador que estará lesionado durante toda la temporada. En el caso de los Bulls, recibirían una excepción de 10,2 millones de dólares (la mitad del salario de Lonzo) para contratar a un jugador con un contrato de un año, ya sea a través de un intercambio o en la agencia libre.
Consideraciones financieras y límite salarial
Si bien tener esa cantidad de dinero para fichar refuerzos suena bien, es importante tener en cuenta que esta excepción afecta al límite salarial del equipo. En este momento, los Bulls tienen un margen de nueve millones de dólares con el impuesto de lujo, por lo que agregar 10,2 millones los llevaría a superar ese umbral.
La incertidumbre en torno a la lesión de Lonzo Ball
La situación de Ball es preocupante, ya que lo que se anunció como una lesión leve en la rodilla izquierda en enero de 2022 se ha convertido en un problema que podría poner fin a su carrera. Después de dos cirugías, en marzo de 2023 Lonzo tuvo que someterse a un tercer procedimiento, en este caso un trasplante de cartílago.
Los movimientos de los Bulls en el mercado para reforzar el equipo
A pesar de la situación, el equipo está dispuesto a esperar todo el tiempo que sea necesario para la recuperación de Ball. Mientras tanto, han reforzado su backcourt de cara a la temporada 2023-24. Han renovado a Coby White por tres años y 40 millones de dólares, y han incorporado a Jevon Carter por tres años y 20 millones. Según ESPN, también están interesados en mantener a Ayo Dosunmu en el equipo, quien es agente libre restringido.